Visitamos el nuevo restaurante de Uribitarte, un gran éxito que apuesta por la comida «healthy» y el «sabor». ¿Está justificado el hype?
En los últimos tiempos he sido testigo de cómo ha ido ganando terreno en el plano gastronómico un movimiento que apuesta por la comida saludable en detrimento del fast food.
Es más que evidente que muchas de las cuentas foodies en Instagram apuestan ya por la healthy food y creo que la pandemia y, más concretamente el confinamiento, no hicieron más que acrecentarlo. Probablemente, porque la salud pasó a un primer plano. En ese tiempo la notoriedad de cuentas como la de Chef Bosquet (@chefbosquet) subieron como la espuma y muchos probaban a reproducir sus donuts de calabaza o boniato cuando otros intentábamos que nuestra masa madre creciera y creciera, unas veces con mayor acierto que otro.
Si bien Bilbao no contaba con esas opciones saludables para ir a comer/cenar fuera, otras ciudades como Barcelona y Madrid sí que albergaban restaurantes de referencia como Flax & Kale u Honest Greens.
Con el tiempo fueron apareciendo opciones que atendían a este mantra: «Eat better, be happier, live longer» (come mejor, sé feliz, vive más). Y llegaron SUA-SAN, Margarito y otras opciones más modestas como el Kantine del muelle de Ripa, por citar algunos.
El pasado verano abrió sus puertas Naked & Sated, el cuarto restaurante del propio Chef Bosquet tras sus tres locales madrileños (Preciados, Chamartín y Serrano). El primero fuera de «la capi» da comienzo a su expansión y ocupa el espacio en el que anteriormente lo hizo el Atea de Dani García (Zortziko), en los muelles de Uribitarte. Entre los socios de Bosquet se encuentran los futbolistas Ibai Gómez (Athletic Club) y Marcos Llorente (Atlético de Madrid), Gotzon Mantuliz (ex-Conquistador del Fin del Mundo) y el nutricionista y personal trainer Endika Montiel.
En Alma Botxera quisimos ir a probar la experiencia para así poder compartirla con vosotros, como hacemos siempre. No resultó sencillo conseguir mesa reservando por su web, de hecho nos fue imposible conseguirla para una hora normal y nos tuvimos que resignar a hacer una merienda-cena un viernes a las 19:15 de la tarde.
De entrada, el local es espectacular, no han reparado en gastos para decorar un espacio que ya de por sí es curioso. A mí me da un aire neoyorquino donde predominan los colores claros en paredes y mobiliario combinado con detalles y sofás de “ciertopelo” rojo. Me gusta, tanto como que el mural que adorna el interior se lo hayan encargado a Junita Makina, barcelonesa afincada en Bilbao desde 2009 para dar rienda suelta a su obra y adornarnos las calles, este mismo año el mural del muelle Marzana contra la violencia de género. Repito: me gusta.
En las paredes de Naked & Sated somos testigos de cuál es la filosofía del restaurante o, al menos, sus intenciones: cero azúcares, cero gluten, cero fritos… y todo el sabor. Una nevera llena de kombuchas reza en el cristal: #fucksugar. A nadie debe sorprenderle, sabe a dónde va.
A través del QR accedemos a la carta para elegir nuestra «merienda”. Entrantes para compartir (piadinas, tacos, huevos rotos, fingers de queso o crema del día), ensaladas varias (burrata, pollo mechado, salmón marinado o poké bowl) o unos gofres hechos con los mismos ingredientes que una tortilla de patatas y cubiertos con varios toppings.
Pasamos en bicicleta del konjac, una falsa pasta a base de la raíz de un tubérculo asiático sin hidratos de carbono y con muy pocas calorías. Eso la pasta, porque luego lo acompañan salsas bolognesa, carbonara, pesto, al estilo wok o thai. Nos decantamos por otra opción.
Optamos por pedirnos una galette al estilo bretón rellena de salsa de tomate casera, jamón ibérico (sin aditivos, apostillan) y pesto casero de anacardos (7,50 €). La crêpre está elaborada con trigo sarraceno por lo que estaría indicada para alérgicos al gluten. ¿Qué podemos decir? Pues nada malo la verdad, algo que lleva tomate, jamón y pesto no puede estar mal. La crepe no aporta sabor, ni para bien ni para mal.
Mientras espero a lo siguiente bebo de mi kombucha MIWI (2,95€) mientras compruebo que hay vida más allá de las Komvida de mi musa realfooder Foodiario. La bebida fermentada a base de té en esta ocasión la he elegido de sabor «Fresh Mojito«, pero “meeeeeeeh” no me sabe ni a un 1% de los atardeceres de Caños de Meca. Como alternativa saludable a los refrescos me sirve y, bueno, reconozco que lo consumo de forma muy puntual.
Mientras suenan temas que pasan por El Canto del Loco, Estopa, Marea o Los Delinqüentes (:S) llega nuestra pizza con base de quinoa y 5 quesos coronada por arándanos. Lo primero que me llama la atención es el grosor de la base, es papel de fumar, una tortita que no pasa del milímetro. Cuando oía hablar de pizzas con masa de quinoa, de primeras ya era reacio, pero siempre las imaginaba de un grosor similar a las pizzas habituales. Además de que en mi cabeza suponía que la masa sería una amalgama de bolitas de quinoa que sostendría los toppings que correspondiesen.
El postre por excelencia del Naked & Sated es el donaked, el «donut saludable» sin azúcar ni gluten con el que Roberto Bosquet se está marcando un «superéxito». Aunque nos recomiendan el banoffee, un pastel de plátano, preferimos degustar un par de esos donaked que tanta fama ha dado al chef.
Dudamos entre varias opciones, pero acabamos pidiendo uno de «peanut butter». La masa elaborada de calabaza, manteca de cacahuete y chocolate va rellena de crema de cacahuete y cubierta con chocolate (3,50 € unidad). El segundo donaked era de fuera de carta, el «Pinky«, una versión de la Pantera Rosa saludable a base de harina de almendras, fresa y nata con cobertura de remolacha y ligero topping de coco.
¿Se parecen a un donut? Solo en que son redondos, porque en este caso ni tienen agujero en medio. Por
lo demás, no son esponjosos. No están mal aunque esperaba más de ellos viendo su galería de Instagram.
La merienda-cena nos sale por 32 euros, y nos parece correcto.
Mi conclusión final es la siguiente: Entiendo el movimiento saludable en el sentido de querer escapar de productos ultraprocesados y productos muy calóricos y más como el acercamiento a comer una «comida real». La respeto y la apoyo. De hecho, incluso creo que la practico más de lo que pienso.
Según el concepto que figura en sus paredes en luces de neón: #HealthyFoodPorn, entiendo que sus clientes buscan disfrutar de la denominada comida fast food con una opción saludable, desnuda de azúcares, harinas refinadas y grasas. Pero me genera muchas dudas si, finalmente, acabas comiendo hamburguesas con salsas o pizzas como la que comí yo. Me da la impresión de ser un autoengaño, o la opción para quienes comer pueda suponerles un cargo de conciencia, remordimientos. Por supuesto, sacamos de este grupo a los celíacos, que lo hacen por necesidad.
Creo más en la opción real food, con alimentos variados y por qué no, ocasionalmente poder darte un capricho que al fin y al cabo pueda liberarte de cierta ansiedad o rigidez. Déjate de pizzas de coliflor y dale duro a una buena ensalada de tomate con cebolleta y ventresca de bonito. Porque ya lo dicen las chicas de La Manducateca en su última tote bag: «Cuenta alegrías, no calorías».
Con todo, un local nuevo y novedoso en Bilbao que, visto lo visto, tiene su público y su tirón. Habrá que esperar qué pasa, más allá del hype, pero, ongi etorri! Que siga ampliándose la oferta gastronómica del Botxo.
NAKED & SATED
Uribitarte Pasealekua, 4, 48001 Bilbo, Bizkaia
Teléfono: 944 23 41 97