Por fin puedo escribir este artículo y no habrá sido por falta de ganas. Alma Botxera fue uno de los primeros en atisbar y compartir en el Botxo que el muelle de Ripa tendría una nueva gran apertura. Me di cuenta cuando la persiana de lo que era el mítico bar Ikea mostraba un ancla y en ella una cartel que decía: «Galipó Bilbao«.A finales de septiembre se inauguró el local con una expectación tal que era prácticamente imposible pedir una consumición. Se ve que había mucha ganas de que el proyecto echase a rodar. Pero ante la adversidad me hago más fuerte y conseguí pedirme mi cañita y acercarme a menos de un metro de uno platito de jamón de ese que iban cortando en el momento.
Semanas más tarde, con relativa tranquilidad volvimos a visitar Galipó para apreciar detenidamente su decoración. Galipó es una museo de piezas antiguas, su decoración te causará algo similar al síndrome Stendhal. Es el día en que sigo sin haberlo abarcado todo. Y como comentaba algún amigo mío:»Ahí va, pero si eso lo tengo yo en el desván de mi pueblo…» Y es que sus lámparas, sofás, mesas, sillas, maniquís, ojos de buey, carteles… son todo piezas ‘vintage‘ recuperadas posiblemente en multitud de mercadillos de antigüedades.





Aunque podría serlo Galipó no es un museo. Es una tasca de aspecto viejuno, con paredes desconchadas sí, pero es una tasca con sabores tradicionales. En una de las esquinas de su mostrador se acumula materia prima de categoría. Cuelgan chorizos y cecinas, descansan productos de temporada (pimientos, hongos, cebollas..) y se apilonan quesos y latas de bonito y otras conservas. Y en ese aspecto me recuerda a otra tasca de la que hemos hablado en el blog: Bodega Joserra.



En tres ocasiones he probado esas raciones que proponen en pizarras. El denominador común en todas ellas fue una tabla variada de quesos. Todo ellos especiales: de cabra con corteza de ceniza, brie, quesos azules Picón Bejes (Tresviso) R.Lizeaga (Aia, Gipuzkoa) Blue Stilton (Reino Unido ) y uno de mis favoritos… Capricho Gallego que se asemeja a un parmesano. Una pena que su gozo y disfrute tenga ya fecha de caducidad. Según me comentó Joseba de Galipó, se lo compra a La Quesería de la que os hablaré próximamente.
Esta claro que para cualquier amante del queso Galipó es uno de esos templos que apuntar. No queda ahí la cosa pues en una de las ocasiones completamos esa tablita con una ración de cecina ES-PEC-TA-CU-LAR ¡cómo brillaba la puñetera!¡y qué sabor! La oferta de raciones se completa además con bocadillitos y cocas, que la de mozarella, tomate seco y anchoas sirva de ejemplo.
Ni que decir tiene que su oferta en bebidas incluye las de cualquier otro bar destacando un buena bodega. En este apartado lamentablemente no puedo aportar demasiados datos, soy cervecero confeso.
Galipó es por lo tanto una gran opción dentro de lo que se ha convertido en una zona con mucho ambiente. Han llegado a juntarse locales interesantes en una zona que antes era de paso: Baobab, Al Txile, Kubrick, Kendal, Tourné… y ahora también Galipó. Se ha convertido en mi habitat de jueves y fines de semana, incluso he llegado a crear un hashtag que utilizo a menudo: #RipaMeFlipa.
Galipó
Muelle de Ripa 5, Abando (ver mapa)
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