Pinchos, raciones, anchoas… ¡una de rabas! La capital cántabra, aparte de reunir indudables atractivos como ciudad, cuenta con una muy buena oferta gastronómica que conjuga lo mejor del mar y la montaña. Con motivo de Santander Music, nos vamos de ronda antes de los conciertos
Si uno piensa en Cantabria, automáticamente le vienen a la cabeza Revilla y Bustaman… A ver, no, en serio. El mar Cantábrico (con sus puertos pesqueros, sus playas, sus bahías…), sus montañas (con los Picos de Europa como máximo exponente) y sus pequeñitos y pintorescos pueblos (aunque los hay también muy grandes y muy turísticos) son señas de identidad indudables.
En lo gastronómico, son bastantes los productos típicos que todos relacionamos con la región: del sobao y la quesada (un descubrimiento: Sobaos Arce) a la chuleta de vaca Tudanca, pasando por las conservas de pescado (con la anchoa a la cabeza), el queso D.O. Cantabria (ojo al Picón Bejes-Tresviso, también con denominación) o el orujo de Liébana.
Y una de rabas, ¡por supuesto!
Su capital, Santander, reúne muchos de los atractivos que encontramos dispersos por toda la Comunidad, pero concentrados en una única ciudad. A sus indudables encantos naturales (la bahía es esencial) y urbanísticos (acrecentados desde la construcción del Centro Botín, que le ha terminado de dar un toque más moderno) se le suma la existencia de multitud de bares y restaurantes donde degustar todo lo anteriormente mencionado… y mucho más.
Ahora, con motivo de Santander Music 2022, el festival musical de la Campa de la Magdalena (toda esa Península y su entorno ya merecen una visita per se), como vamos a estar allí 4 días de conciertos (tres del propio festival –del jueves 4 al sábado 6 de agosto con León Benavente, Lori Meyers, Alizzz, Delaporte, El Columpio Asesino…- más uno con el broche final protagonizado por Leiva -el domingo, día 7-), aprovechamos para dar buena cuenta de algunos de nuestros lugares favoritos para picotear algo.
Vamos, sitios a los que iremos de jueves a domingo para coger fuerzas y probar cosas ricas antes de meternos en el fregao festivalero. ¿Nos acompañas? Son 12 propuestas… como 12 ediciones cumple Santander Music.
12 BARES DE SANTANDER PARA TOMAR PINCHOS Y RACIONES
1. CASA LITA (Paseo Pereda, 37)
Seguramente, el mejor bar de pinchos de Santander gracias a sus más de 300 propuestas de bocado. A los fogones, Joseba Guijarro, conocido por el restaurante San Román de Escalante, donde recibió en su día una estrella Michelin. Así, no es especialmente barato (2,90€ el pincho)… pero merece la pena. Cantidad, calidad y bastante gente siempre, así que no desesperes, que luego lo agradecerás. Ah, es muy céntrico, así que ideal para empezar la ruta.
2. TABERNA SANTOÑA (Peña Herbosa, 18)
Cerca, un par de calles más arriba de Casa Lita, está la Taberna Santoña, que, como puedes imaginar, tiene mucho de mar y, claro, de anchoas, como el propio pueblo del que toma el nombre. De rabas a percebes, lo que no puedes dejar escapar son los preciados bocartes, bien partiendo de una gilda, bien en ración a compartir. El bar es pequeñito; los precios, contenidos. Merece.
3. LA PIRULA (Peña Herbosa, 21)
A dos pasos, La Pirula, donde también son muy recomendables las rabas y las anchoas (pruébalas aquí rebozadas, si en la Taberna Santoña las has pedido en salazón), pero donde también podemos pasarnos a la carne. Por centrarnos en un producto: Las albóndigas… de bonito. Ya nos contarás qué tal.
4. FUENTE DÉ (Peña Herbosa, 5)
La calle Peña Herbosa es una vía llena de bares y, la verdad, suele costar fallar. Siguiendo la ruta, llegamos a la Bodega Fuente Dé, que es un sitio tradicional con muchos de esos platos de cuchara insuperables en invierno, pero, como estamos en verano y de ronda… sigamos con el picoteo (que, oye, si te quieres calzar un cocido lebaniego… tampoco te vas a arrepentir). Aquí has de probar más albóndigas, pero, en este caso, de carne en salsa. Ah, y queso picón, que es un tipo de queso azul. Potente, pero riquísimo con un vinito, una cerveza o un vermut (hay varios de Cantabria, así que prueba, sin miedo).
5. PARRILLA BRASAS (Peña Herbosa, 3)
Para completar Peña Herbosa, nos vamos al comienzo, al número 3, y entramos en el Brasas, que, como su propio nombre avisa, apuesta por la parrilla. Aquí el fuerte es la carne, así que no puedes dejar escapar (por nada del mundo) el pincho de solomillo. Si, con todo, sigues apostando por producto de mar… dale una oportunidad a la sepia. Muy bien de precio.
6. CAÑADÍO (Gómez Oreña, 15)
Mejor tortilla del país en el último Campeonato de España de Tortillas de Patatas (ahí es nada), no sabemos qué hará de especial Pedro José Román en su cocina, pero seguro que tienen algo de culpa los huevos frescos de granjas cántabras, las patatas de Valderredible y la cebolla de Turieno. Luego está la mano del cocinero, claro… porque el punto de cuajado es, simplemente, perfecto. Si no es la mejor, de las mejores que vayas a probar. Que no es poco. Palabrita Botxer.
7. LA CONVENIENTE (Gómez Oreña, 9)
Un poco más arriba del Cañadío, ya saliéndonos de la Plaza del mismo nombre, está La Conveniente, que es uno de los restaurantes más pintorescos y viejunos (en el buen sentido) de Santander. Dentro, en su comedor, suele haber un pianista en directo, que siempre mola, pero es que, encima, la comida está muy rica, las raciones son muy generosas y de precio está genial. Tienen «fritos» que son todo un clásico, más allá de las croquetas (empanadillas de bonito, pechuguitas o huevos con bechamel, etc.) y la morcilla con pimientos de Padrón es una locura. También cuentan con muy buenos embutidos. Como hay una pequeña barra a la entrada, no hace falta que cojas mesa en el interior.
Eso sí: solo abren para cenar…
8. BODEGA DEL RIOJANO (Río de la Pila, 5)
Si La Conveniente tiene grandes tinas que recuerdan su centenario pasado como bodega, la Bodega del Riojano cuenta con multitud de barriles que, además, están decorados con bonitas pinturas. Un sitio muy agradable en una de las zonas más bulliciosas del ciudad (el Río de la Pila cuenta con muchos pubs) y que, aunque puede resultar un poco más pijito o formal que otros, pues está muy bien para darse un homenaje si os lo queréis tomar con más calma. Sus clásicos son la tortilla de patatas guisada (con salsa de callos, chorizo y alioli) y los caracoles guisados a la riojana. Más en plan picoteo: croquetas, mollejas, chistorra, torreznos… y rabas, claro.
9. RESTAURANTE CANTABRIA (Río de la Pila, 10)
Un poco más arriba de la Bodega del Riojano, en la acera de enfrente, está el Cantabria, que es menos finolis, pero que tiene sus cositas. A destacar: Las empanadas, bien de bonito, bien de embutido. Pero verás un montón de tostas y pinchos en la barra, aunque también cuentan con platos más elaborados. Con un vermut local Igarmi Citric, experiencia completa. La barra es bastante larga y, además cuenta con un buen puñado de mesas, tanto dentro como fuera.
10. LA RANA VERDE (Daoiz y Velarde, 30)
Ellos mismos se definen como «fast food», así que aquí no te vas a encontrar una bodega o taberna con la solera de la mayor parte de los bares anteriormente citados. Eso sí, si no tienes tiempo para ir de pinchos, pues uno de sus sándwiches o bocadillos te puede sacar del apuro. Pero bueno, sigamos con la ruta de picoteo. ¿Qué pedir aquí? Una cosa: Las patatas atómicas (picantes) o nucleares (muy picantes) a la española. Y algo de beber, claro. Je.
11. PASSAROLA (La Torre, 117)
Alejado del centro está el Passarola, que es el bar de raciones de los dueños del Zeppelim (el bar indie heredero del mítico Opium), así que el buen ambiente y la buena música están garantizados… aunque tengáis que acercaros en coche. Tienen pinchos que van de 1,70€ a 2,10€ y luego, raciones que van de los totopos o las patatas con «salsa Passarola» a los fingers de pollo. Si quieres algo menos informal: tartar de salmón, pudding de centollo o unas zamburiñas. Y que te pinchen a Lori Meyers, va.
12. SALVAJE (Ataulfo Argenta, 31)
Para acabar, volvemos a la zona de Peña Herbosa, a una calle paralela: Ataulfo Argenta. ¿La razón? Pues que igual buscas opciones vegetarianas o veganas… Allí podréis compartir un hummus de remolacha, una tempura de verduras con salsa romescu, una causa limeña, un queso Divirín al horno, una shakshuka…
* BONUS TRACK: GELATERIA VACANZE ROMANE (Paseo Pereda, 23)
Acabamos la ruta donde la empezamos, en el Paseo Pereda, frente a la Bahía de Santander. Porque el picoteo, bien, pero, ¿y el postre? Pues qué mejor, en verano, que un buen helado. Y de eso, de helados, Santander va sobrada. Sorprende la enorme cantidad de heladerías por metro cuadrado (y, en particular, en el Paseo Pereda). El gran clásico de Cantabria es Regma (con sus helados abundantes y tan cremosos que se desparraman bastante rápido), pero, puestos a elegir, te recomendamos Vacanze Romane, que son de verdadero estilo italiano. También tienen polos artesanos, crepes, gofres, tartas, batidos… y café. Así que un macchiato y a La Magdalena a funcionar, que tienes la parada de taxis y los buses a un paso.
Nos vemos en Santander Music 2022.