Corría el mes de junio cuando me llegó un mensaje privado de La Libélula Roja que me advertía de la próxima apertura de un restaurante vasco-asiático en Bilbao. Regentado por Iván Abril, un chef gallego que tras haber desarrollado su carrera entre los fogones de Martín Berasategi, el londinense NOBU y su experiencia en Hong Kong se lanza a abrir su propio restaurante. Kimtxu, taberna vasco-asiática es un restaurante de cocina fusión que utiliza productos autóctonos, no necesariamente vascos, utilizando técnicas, sabores y aromas asiáticos.
Semanas después de aquel mensaje una secuencia de post dedicados a Kimtxu se van publicando en blogs que habitualmente sigo: la propia Libélula Roja, Eneko Sukaldari, 27 The Black City y Lo que coma Don Manuel.
Previamente a sentarnos a la mesa nos tomamos un verdejito entre decoración nórdica y un público bastante pijotero (Mr. Marvelous, calle Heros 18). Llegada la hora de la reserva nos dirigimos a Henao 17 donde se encuentra Kimtxu. Dispone de una zona de bar donde varias cuadrillas ejecutan el poteo sabatino mientras echo una vistazo los azulejos que indican las diferentes tapas que diariamente se ofrecen: alitas glaseadas, soja y jenjibre o empanadillas chinas de carrillera sirvan como ejemplos. Precios elevados, entre 3,50 y 5,50 €.
Tuvimos nuestro día de suerte pues nos destinaron a una mesa alta. Junto a ella una cristalera donde perderte entre el trajín del laboratorio donde Iván Abril y los suyos se ponen manos a la obra para sacar platos deliciosos y atractivos a la vista y al gusto.
La simpática camarera nos ofreció hasta en dos ocasiones un menú degustación de seis platos (28 € sin bebida incluida) que rechazamos. Quisimos elegir diferentes platos para compartir entre los cinco comensales que alrededor de la mesa de Kimtxu nos juntamos. Nos disponíamos a elegir tres entrantes y tres platos principales, tarea difícil sin duda.
Más rápido de lo esperado hubo quórum entre el jurado de aquella mesa y nominamos a los siguientes platos a salir a la palestra:
– Chupito de crema de maíz con kikos (detalle de la casa) y un saco de pan crujiente y esponjoso.
– Tartar de atún rojo, aguacate, yema de codorniz y aliño de piparrak: El producto de moda en todo restaurante que se precie. El que dicen es el solomillo de mar en su formato crudo entra fácil y combina a la maravillosamente con el aguacate y resto de invitados al plato.
– Wok de verduras, setas y tofu con jugo de vainas: Amatxu me deshereda si viera que estoy pagando por comerme un plato de verduras. Pataleta colosal que hubiese montado si me sirve un plato compuesto de coliflor, brócoli y jugo crema de vainas. (Ama, no fue mi elección, lo juro. Un beso) Las setas, tofu y anacardos me lo hicieron más pasable, pero poco.
– Raviolis crujientes de rabo de toro, puré de patata: El plato se sirve con dos raviolis pero en vista de que era para compartir amablemente nos sirvieron uno para cada comensal. No los recuerdo crujientes pero si un sabor fuerte de una carne que se caracteriza por ello. Rico.
– Tataki de rape, calabacín, puré de zanahoria y cardamomo: El único plato donde me lancé a utilizar los palillos. El rape es uno de los pescados en los que mi paladar más disfruta. Un pescado con un sabor y una textura especial, suave a la vez que sabroso, tierno, jugoso… cocinado en su punto.
– Presa Ibérica , tikka masala, cogollos, chutney de tomate y piquillos: Para un carnívoro como el que escribe éste fue sin duda el plato favorito: laminado, tostadito por fuera y rojito por dentro. Se me hace la boca agua de recordarlo. La presa de cerdo ibérico es una pieza que tiene bastante grasa por eso es una carne jugosa y sabrosa. El chutney de tomate y piquillos le iba espectacular, de los cogollos no me pronuncio.
– Lomo de ciervo marinado con sake, puré de piña y enebro, col lombarda: Como toda pieza de caza, carne de sabor fuerte y aún siendo menos jugosa que la presa estaba tierna. Dicen de ella que es la más saludable pero para salud con las verduras ya teníamos suficiente. El puré de piña y su toque ácido me pareció una acertada combinación.
Llegado el momento de los postres nos decantamos esta vez por compartir tres postres. El más demandado el Plátano, toffe y espuma de yogur. Le acompañarían la Crema de jengibre y chocolate negro y la Cuajada de coco e infusión de frutos rojos. Triunfó sin lugar a dudas el primero de ellos y el resto pasaron sin destacar particularmente más allá de su presentación.
Se me metió en la mollera tomar un café que posteriormente tendría sus consecuencias. Una cafetera italiana se posó a nuestra vera y si quería una taza… pues taza y media. Y claro, hasta las 6:00 con los ojos como platos. Pedimos la cuenta y cual tesoro nos la presentaron en un cofre. No fue para tanto, salimos a 24 € habiendo bebido agua. De haber sido vino las botellas cotizaban de 13 € para arriba.
Kimtxu, taberna vasco-asiática: Más asiático en el nombre que en los platos que nosotros pudimos probar. Un ambiente agradable, quizás un comedor un tanto ruidoso. La decoración queda muy alejada de la típico decoración de un chino, vietnamita o japonés. Detalle destacable: amplia vajilla con un plato diferente en cada ocasión. Una atención amable y profesional, presentándonos y describiendo cada uno de los platos. La próxima vez probablemente me lance a probar ese menú degustación o cualquier viernes su menú del día a 13,50 €. Recomendable sin lugar a dudas, y tanto que sí.
Kimtxu, taberna vasco-asiática
Henao 15, Abando (ver mapa)
946 52 78 92
www.kimtxu.com (web poco útil)
Kimtxu en Facebook y Tripadvisor.