Se cumplen 100 años de la anexión de Deusto a Bilbao. Y eso que el barrio, anteiglesia por aquel entonces, no estaba muy por la labor…
Ay Bilbao cómo has cambiao… Nuestra ciudad está viva y evoluciona. Todos conocemos como la desaparición de los astilleros y la llegada del famoso museo cambiaron la cara del viejo botxo para siempre. Pero quizá, el cambio más importante se produjo justo ahora hace cien años.
Hasta octubre de 1924 las anteiglesias de Begoña y Deusto eran municipios independientes. Abando, que también lo fue, se anexionó años antes, a finales del siglo XIX. Pero los deseos de crecer y de hacer un Bilbao más grande no cesaron ahí. Y durante las primeras décadas del siglo XX, el alcalde Federico Moyua se empeñó en integrar a Begoña y Deusto como parte de la ciudad.
Bilbao vivía una etapa de crecimiento económico, y la complicada orografía impedía que la ciudad se pudiera ampliar hacia otras direcciones. Por algo le llamamos “botxo”. Por lo tanto, la única alternativa para crecer era ir integrando dentro de la misma administración a los municipios que había alrededor. Pero tanto Begoña como Deusto no querían, y no se lo iban a poner tan fácil. Así, estos hoy barrios, organizaron sus resistencias.
Los primeros intentos de anexión comenzaron en 1911. Los villanos alegaban que los límites territoriales de la ciudad respecto a estas anteiglesias se confundían y que no tenía sentido mantenerlos separados. Los 8.000 vecinos de Deusto se defendieron y organizaron las protestas que eran permitidas en aquella época de Primo de Rivera. Pero su situación geográfica junto a la ría y más cerca de la desembocadura del mar eran muy apetecibles. Trece años de pleitos y de protestas no impidieron que el 29 de octubre de 1924, mediante Real Decreto, Bilbao tomase para sí Deusto y sus excelentes campas.
Y Bilbao cambió para siempre. Se utilizaron los terrenos junto a la ría para industrias y el ensanche como zona residencial. Más tarde se construyó el puente de Deusto para mejorar las comunicaciones entre ambas zonas, y en el nuevo barrio se empezó a cantar: ¡Si tiramos el puente, Deusto independiente!