Antes de todo este jaleo ya existían unas fiestas en la ciudad. Durante los años de la dictadura franquista se celebraban diferentes actividades, pero siempre dirigidas a las clases más pudientes. Ópera, teatro o toros copaban los eventos del verano. Había que darle una vuelta. Las fiestas deberían ser por y para el pueblo. Con planes y diversión para todas las personas.
Y ahí apareció El Corte Inglés, en el año 1973, para patrocinar la Primera Semana de Deporte Rural Vasco. El éxito fue inmediato. La gente llenó las calles demostrando que los bilbaínos teníamos ganas de pasarlo bien.
Durante los siguientes años hubo diferentes propuestas para ir dándole forma. En 1977, el periodista y locutor de radio Zorion Eguilor propuso empezar los festejos con una kalejira. Fue un acierto. Desde Begoña bajaron más de 5.000 personas bailando y disfrutando. Visto el éxito al año siguiente se presentó el concurso de ideas: «Hagamos populares las fiestas de Bilbao». Un concurso consultivo y no vinculante, patrocinado de nuevo por El Cortes Inglés en el que resultaron ganadores Txomin Barullo y Tximbo Zarra. Y así se creó la primera comisión de fiestas, sin la participación de ningún concejal ni político.
Y para dinamizar la participación de todos los ciudadanos se hizo un llamamiento para crear comisiones por barrios. Los requisitos eran que cada konparsa tuviera su fanfarria, mínimo 50 integrantes vistiendo igual y que montaran una txosna en el Arenal. Se crearon 24. Pero no estaba todo hecho. Aún no teníamos el símbolo que nos uniera y representase a todos. Y así una semana antes de empezar con las fiestas, se le encargó a Mari Puri Herrero. Nacía Marijaia. Ya estábamos listos para el primer txupin el 19 de agosto de 1978.
Ahora, 46 años después, las fiestas han cambiado mucho, pero el espíritu sigue siendo el mismo.
Gora Bilboko Aste Nagusia!
Gora Marijaia!
