Un año más subo a Kobetas, un año más me esperan por delante 3 días repletos de música, encuentros, bailes, risas, nervios, lágrimas de emoción… un año más sé que asistir al BBK Live no es ir a un festival, es vivir una experiencia.
Y llegó el jueves por la tarde y después de una copiosa comida casera llena de hidratos para que nos den energía cogemos un Uber (muy bien de precio) y nos bajamos en la parada de Altamira (un poco más adelante de donde te deja el bus) y subimos por unos ascensores nuevos que nos dejan prácticamente en la entrada del recinto. Justo en la última mini cuesta antes de pasar el control. Es el primer año de todos los que llevamos asistiendo que no cogemos el 58 que te deja arriba del todo aunque tarda una eternidad… Este año, además del bus gratuito desde Capuchinos hasta Beyena, tenías opción de reservar bus (pagando) y asegurarte asiento desde San Mamés.
Llegamos con tiempo para ver a RY X. Cantante australiano que actuaba por primera vez en el país. Hay muy buen ambiente y muy buen sonido. El escenario San Miguel, al que yo llamo «En las Rocas», tiene una acústica que me envuelve por completo. Empieza a chispear un poco… y justo en la canción «The Water» todos los asistentes se vienen arriba. Sin duda, un gran acierto empezar el festival así. En este escenario este año han eliminado el área de comida, que han llevado a una zona nueva llamada Jantoki donde estaba casi toda la oferta. Más espacio sin colas de gente esperando comida.
Seguimos con Dry Cleaning, optamos por esta opción ya que Amaia en el escenario principal no nos motivaba demasiado esta vez. El escenario Txiki este año ha mejorado muchísimo, con una nueva ubicación y un suelo con césped artificial muy cómodo. Este concierto nos pareció un poco flojito al principio, aunque hubo una remontada final.
Después continuamos con Art School Girlfriend, buena elección por nuestra parte. Nos cayó un mini diluvio… pero sacamos los chubas y arreglado. Cuando paró, el público empezó a acudir de nuevo para disfrutar de la voz tan fantástica que tiene esta chica y lo envolventes que son sus canciones.
De ahí fuimos al escenario principal y lo estrenamos a lo grande con Florence + The Machine. Qué decir de esta Diosa… que es una artista que parece que flota en el escenario, que te atrapa y te llega hasta lo más profundo de tu ser… una preciosidad verla una vez más y disfrutar de su música. Un pero: el sonido un poco flojo… demasiado bajito para nuestro gusto. En esta zona este año han eliminado la torre para VIPs, por lo que la amplitud y visibilidad se han visto muy aumentadas. Todo un acierto.
De aquí marchamos al escenario Beefeater, al que llamamos «La Carpa»… y fuimos a ver al descubrimiento del festival, al menos para mí: Playback Maracas. Montaron una fiesta increíble que disfrutamos muchísimo. Teclados, batería, saxo y hasta una guitarra con dos mástiles. Muy, muy recomendables si vuelven por la zona.
Y volvimos al principal con los Chemical Brothers. Qué decir de ellos… pues que dieron un conciertazo con el que nos hicieron bailar desde el principio hasta el final. Son valor seguro, siempre lo hacen bien (hagan lo que sea que hagan tras sus cacharros). ¡Y con audiovisuales a la altura!
Terminamos el día con Arca. Personalmente no entendí muy bien la puesta en escena. Me pareció demasiado ruidosa y con altibajos entre los temas que nos terminé de disfrutar… y de aquí a casa a descansar.
Punto a favor: Este año teníamos metro toda la noche desde el jueves. ¡POR FIN! Una gozada para llegar a casa. Bajar andando desde Kobetas hasta Basurto lo hemos hecho los tres días también por caminos/escaleras diferentes.
El viernes me acerqué al Arenal a ver uno de los conciertos de día: Hidrogenesse. Empezamos mal, con más de media hora de retraso. Ellos salieron como un poco con desgana al escenario… pero vino la remontada con sus temas enormes: «Nada más triste que lo tuyo» triunfó muchísimo y todo el mundo se la sabía. Y como no, el cierre con «Disfraz de tigre» fue una fiesta.
Fuimos a casa a comer de lo más contentos y después de una siesta, de nuevo al recinto de Kobetamendi. El viernes nos resultó imposible coger un Uber (precios hipercaros), por lo que subimos en taxi hasta Altamira.
Tenía ganas de ver a Ben Yart, ya que el año pasado la gocé con Chill Mafia. Pero, sinceramente, el peor concierto que he visto… ya no en el festival, sino en mucho tiempo. Me pareció un despropósito su actitud. Quejándose porque no le funcionaba el autotune, parando los temas a los 30 segundos de empezarlos, insultando y gritando… me pareció bastante lamentable, la verdad. Una pena.
El mal rato se me pasó rápido. Nos fuimos a ver a Duki con un calor brutal, buscando la sombra. La encontramos y disfrutamos del flow del argentino, que tiene un directo increíble. Muy bueno este chaval y el fuego que lanzó sobre el escenario así como su doble en 3D.
Volvimos al escenario San Miguel a ver a la ex Moloko Róisin Murphy. Una artista increíble que me enamoró. De mayor quiero ser como ella. Una voz preciosa, una banda buenísima, temazos… un gran concierto con mucho atrezzo en el vestuario por parte de ella además.
De aquí fuimos a Basoa. Por fin pisé el bosque encantado lleno de luces de colores. Una zona increíble en la que reina la electrónica. Una zona que te atrapa… Estuve un rato escuchando a Job Jobse hasta que fuimos al escenario Beefeater a ver a Daniel Avery. Esperábamos un live más arriesgado por su parte, estuvo bien y bailongo pero nos dejó un poco flojos…
Y, por fin, uno de los platos fuertes para mí. Escenario Nagusia: The Blaze. Teníamos muchísimas ganas de ver a los franceses que hemos escuchado en Spotify hasta la saciedad. ¡Qué decir! Pues que el setlist estaba muy bien hilado. Que se oía muy bien. Que son muy elegantes. Que tienen unos videoclips preciosos. Y… que para mí no cumplieron las expectativas que tenía puestas en ellos. Me pareció que los temas estaban ralentizados y que se oía (una vez más) muy bajito. Así que me quedé un poquito decepcionada… pero bueno, les daré otra oportunidad en el Cala Mijas, jejeje.
Seguido fuimos a Jamie XX, que estuvo muy bien. No fue tampoco lo esperado, porque no tenía mucho que ver con lo que habíamos escuchado o esperábamos. Ha sido el año de las sorpresas con los artistas. Por una parte está bien porque escuchas temas distintos pero por otra te quedas con ganas de otros que esperabas escuchar.
Al final de la noche nos acercamos al Beefeater a ver Antídoto Club y un ratito más a Basoa con Ben Ufo y de retirada una media hora antes de que cerrasen el recinto, que estábamos cansados ¡y nos quedaba otro día por disfrutar!
Y llegó el sábado… día que afrontamos con una mezcla de sensaciones: ganas por el cartel, tristeza porque es la última jornada y se acerca el final y muchos nervios (en mi caso, por ver a Arctic Monkeys).
Y una vez más, subimos en Uber directos desde casa con las pilas cargadas y buen sueño reparador. A las 19:00 estamos en el recinto para ver a Perfume Genius. Un concierto precioso, emotivo y que disfrutamos muchísimo. Muy afinado y con buen sonido. Creando necesidades al público con sus botines con flecos. Primera vez por aquí. Espero que vuelvan pronto.
Pasé por la zona del Txiki y vi un par de canciones de Cala Vento. Me sorprendió que su segunda canción fuese «Isabella Cantó» y vi que la zona estaba a tope y con ganas de fiesta… Hubo muchos pogos en ese bolo.
De aquí fui al escenario principal, donde me esperaban mis acompañantes. Tocaba el turno a The Last Dinner Party. No fui porque quisiera verlas sino porque quería coger buen sitio para ver a los maravillosos e increíbles Arctic Monkeys.
De estas chicas no sabía nada y no me gustaron, la verdad. Me pareció un poco bajón el concierto en general y me aburrí bastante. Creo que hay mucha diferencia entre la cantante y el resto de la banda, a la que le falta actitud.
Y empezó la dulce espera. Los nervios crecían por momentos. No me creía que, por fin, fuese a ver a Arctic Monkeys después de tantos años de espera. La compañía que tuve en este concierto fue la mejor que podía esperar. Eso lo hizo más especial aún. Y sí, la espera mereció la pena con creces. El mejor concierto del BBK Live de esta edición para mí. Y entra en el Top de los mejores conciertos de mi vida. Reconozco que soy fan de Alex Turner y que me parece un artistazo. La puesta en escena me pareció impecable, con gusto y elegante. El setlist me maravilló. Tocaron temas míticos que esperábamos y otros que fueron gratas sorpresas. El cierre con «I Bet You Look Good on the Dancefloor» y «Are U Mine» fue el punto final perfecto a casi dos horas increíbles. Agradezco ese adelanto de 10 minutos. Y el sonido nos pareció perfecto. La batería sonó potente, la voz de Turner afinada y con fuerza. Y la ubicación que teníamos. Todo ello hizo posible que vibrásemos y nos emocionásemos muchísimo.
Y después de este concierto nos quedamos exhaustos, escuchamos un poco a Idles de fondo, cañeros como siempre. Y como ya les habíamos visto fuimos a reponer fuerzas y nos acercamos al escenario Lasai (que no lo habíamos pisado). Pasamos un rato agradable disfrutando de las vistas a Bilbao con la música de fondo. El sábado se notó muchísimo la afluencia de gente. Estaba todo mucho más lleno de lo normal y eso que el recinto es enorme. De hecho, ha sido el año de mayor afluencia de público.
Y volvimos al principal a la zona de encuentro fijada y nos reunimos para ver a Röyksopp juntos. No sabemos qué paso pero hubo un retraso importante a la hora de empezar el concierto. Cuando salieron al escenario y empezaron pidieron disculpas y ofrecieron un espectáculo ideal. Buena música, mucho baile encima y debajo del escenario. Atrezzo… bailarines. Muy buen sabor de boca nos dejaron. No dejamos de bailar ni un segundo.
Cuando terminaron nos acercamos a ver a Letfield con muchas ganas y tampoco defraudaron. Este grupo londinense de electrónica con percusión en directo nos gustó muchísimo a todos. Nos gustó tanto que no nos importó el sirimiri constante que no cesó durante más de una hora… y allí estuvimos dándolo todo desde el principio hasta el final.
Y decidimos cerrar el festival en la carpa con Triple DJs: Daniless, DJake y Zaza. Pudimos disfrutar de un hueco en la parte delantera. A resguardo de la lluvia y buen espacio para bailar (algo imposible en Basoa, que estaba impracticable). Estos tres DJs pincharon temas de diferentes estilos bien hilados y nos hicieron disfrutar hasta que se nos hizo de día y, muy amablemente, fuimos invitados a abandonar el recinto.
Y hasta aquí mi experiencia de este año como enviada especial de Alma Botxera. Con añoranza de lo vivido y felicidad por lo disfrutado. Con expectativas del próximo cartel, ¡para el que ya tengo abonos comprados en el recinto!
Ikerne Garrido @dealterneconikerne
