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Bolintxu, el último valle virgen de Bilbao

Bolintxu (Bilbao) // Asier Izquierdo
Un sitio especial y con mucha vida que puede que muchos bilbaínos no conozcan. Otra entrega de «No me seas sinsorgo»

Vaya, vaya, aquí no hay playa… pero al menos las tenemos bastante cerca. Puedes llegar en metro a la mayoría de la margen derecha o en autobús a casi cualquiera de la provincia. Pero hace años, si te querías pegar un chombo en verano sin irte tan lejos, tenías opciones más cerca y más curiosas, como la mina del Morro o la presa de Bolintxu.

Esta última fue durante mucho tiempo uno de los sitios preferidos de las familias de Bilbao para ir a pasar los domingos. Las aguas que bajaban de los montes de alrededor se acumulaban en agujeros excavados en la roca y creaban una especie de piscina de agua dulce y fresca.

Presa del Bolintxu // Asier Izquierdo

En 1983, por culpa de las inundaciones y riadas que sufrió la ciudad, el cauce del río se vio muy afectado. Cambió bastante el valle y el río y perdió su interés lúdico. Fueron desapareciendo también varias de las especies que vivían allí. Cangrejos, truchas, loinas… Y también desaparecieron los bilbaínos. Parece que no poder bañarnos en las aguas del arroyo hizo que nos olvidáramos de un lugar que tiene mucho más que ofrecernos que un simple chapuzón.

Bolintxu cambió. Perdió vida humana pero ganó de otro tipo. Hoy en día es uno de los lugares más interesantes en cuanto a flora de Bilbao. Para acceder al sendero que atraviesa el valle tenemos que subir hasta el barrio de Buia. Dos rocas en el suelo nos indican el lugar desde el cual empezaremos nuestro paseo.

El arroyo en «No me seas sinsorgo» // Jasone y Eneko

Avanzamos siempre pegados al arroyo y en algo más de media hora notamos que el sonido del agua se hace cada vez más fuerte. Ya estamos cerca de la cascada. La ruina de la antigua presa. El agua cae incesantemente y debajo se crea una pequeña charca. El sitio es precioso. Cuesta creer que sea Bilbao. Y aún más que vaya a desaparecer.

Subimos por un lateral de la presa y la vamos dejando atrás. Estamos cerca de salir del valle en dirección al parking de Arnotegi para bajar de nuevo a la ciudad. Pero no hemos avanzado ni 10 minutos y lo que escuchamos ahora no es ni el agua, ni los pájaros. Es el sonido de las excavadoras.

¿Un chombo? // Asier Izquierdo

Bolintxu está herido de muerte. Alguien pensó que atravesarlo con un viaducto de varios carriles iba a solucionar el tráfico de la ciudad. Pero el proyecto va camino de convertirse en una ruina económica y medioambiental.

Por la Supersur solo pasan los coches que se equivocan, nos cuenta un vecino afectado.

En defensa del valle // Jasone y Eneko

Bolintxu es un sitio especial y con mucha vida que puede que muchos bilbaínos no conozcan. Y que como no se den prisa en ir, la única manera que tendrán de verlo será pagando un peaje, seguro que caro, y pasando a 120 kilómetros por hora por encima del valle. El último valle virgen de Bilbao.


Extracto de «No me seas sinsorgo», editado por El Gallo de Oro y disponible aquí.

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