Esta vez repetimos restaurante pues os hablaré de De Boca Madre al que ya le dediqué un post hace casi dos años. Alguien me comentó que este restaurante mexicano cambiaba su localización. Dejaba la calle Manuel Allende por el número 24 de la calle Elcano, frente a la escuela universitaria de empresariales. Ocupa un amplísimo local donde hace más de una década se encontraba el bar Glass. Allí donde los universitarios cursaban ‘Master en Mus’ barajando cartas con los dedos manchados de cheetos y sorbiendo cocacolas.
Desde fuera y antes de entrar algo nos llama la atención. Al ‘De Boca Madre‘ le han añadido la coletilla ‘basque and mexican cuisine‘ y nos preguntamos si es algo que se ha puesto de moda o precisamente buscan no encasillarse. Según entramos nos encontramos una barra con algunos pintxos y tortillas, parece que quiere que el público se acerque en cualquier momento del día.
Atravesamos completamente el restaurante para llegar a la mesa que teníamos reservada. No es un recorrido corto, De Boca madre ha ganado muchos metros cuadrados y por lo tanto también lo ha hecho su aforo. Una decoración que se aleja de los tópicos mexicanos dejándolo simplemente en algunos detalles e inclinándose en algunos aspectos a esa decoración nórdica tan de moda. Mobiliario de madera, paredes claras, plantas, jarrones, columnas alicatadas con botellines de cerveza Sol y lámparas con un toque especial. Nos gusta que hayan respetado la virgen de Guadalupe y esa pared acolchada y con borlas. Diferentes estancias con toques únicos y coloridos. Nuestra primera impresión es dejarnos con la boca abierta.
Con la carta en las manos ya podemos ver que siguen en pie aquellos platos que tanto nos gustaban del anterior restaurante. Además han ampliado la carta mexicana con una dudosa carta ‘vasca’ con ¿croquetas? ¿ventresca? y ¿jamón? Lo siento pero me quedo con los mexican classics. La sangría no se negociaba y era indispensable para acompañar nuestros platos- Es una bebida fresca que entre otros ingredientes incluye tequila y martini. Tranquilos todos que ni se nota, ni durante ni después.
Somos cuatro amigos y pediremos todos los platos para compartir:
– Los nachos de Boca Madre son un entrante fijo porque están espectaculares. No son los típicos doritos o sucedáneos habituales y sus salsas de queso y guacamole están perrísimas, güey.
– Gringa, es una tortilla grande rellena con cerdo, tomate y queso fundido.
– Molcajete de res: Éste es el plato que atrae todas las miradas de las mesas que os rodeen. ¿El motivo? Se sirve en una cuenco de piedra volcánica que llega a la mesa hirviendo. Contiene carne marinada con salsa verde, aguacate, pimiento de morrón y queso derretido.
– Chile en nogada: Es un pimiento verde relleno de carne de ternera y cerdo mezclado con dátiles y pasas. El pimiento viene cubierto con crema de nuez, perejil y granada, con lo que se simbolizan los tres colores de la bandera de México. Fue una recomendación muy acertada de Igor, nuestro camarero. Me encantó el toque dulce mezclado con la carne.
– Crepas cubiertas con cajeta y helado: En esta cuadrilla somos muy ‘fanes’ del dulce y la cajeta o dulce de leche es lo máximo. Fuimos tan ansiosos al postre que ni me acordé de sacar la foto (I’m zorry, hello zorry).
Para dar por finalizado la cena y como viene siendo una tradición en De Boca Madre nos tomamos un par de tequilas cada uno. En esta ocasión el escogido fue el tequila El Jimador que como ya he dicho en otras ocasiones nada tiene que ver con aquellos de Luzarra o del Soiz.
De Boca Madre
calle Elcano 24, Indautxu (ver mapa)
Tfno. 94 410 35 52