Ha tardado más de la cuenta en llegar, pero ya está aquí de nuevo. Esta última semana ha entrado un frente frío que hace más justicia a la estación de invierno. Hasta entonces hemos disfrutado de temperaturas suaves que ya han convertido en habitual el ‘veroño’ en Euskadi. Incluso hemos pasado las navidades en manga corta.
Fue en esos calurosos primeros días de diciembre cuando planteé a mi cuadrilla ir a La Arboleda y darnos un homenaje. Comer en La Arboleda significa meterse una alubiada de aquí te espero este pecho y espalda. El plan se vuelve interesante si decides subir desde Trápaga por todas las curvas de La Reineta, desde uno de sus miradores unas vistas espectaculares de toda la zona.
La Arboleda da la impresión de un pequeño pueblo en el que todas sus callejuelas dan a parar a su plaza y kiosko central. A mediodía varias cuadrillas toman en las terrazas su txakoli, vermut, incluso rabas o cortezas de cerdo. Para cuando dan las 15:00 todos recogemos campamento y nos dirigimos a nuestros restaurantes.
Son varios los templos alubieros que tienen fama en estos barrios altos, pero se llevan la palma Zuhaztieta, Casa Sabina y Asador Maite. Nosotros elegimos este último y al llegar entre callejuelas al caserón de piedra nos recibió un rocoso barrenador. Aquel edificio comenzó siendo una vivienda, pasó a ser la casa del pueblo en 1880 y terminó su vida pública como un cine en 1940. Subimos a un comedor repleto de gente de buen comer y nos sentamos en nuestra mesa, listos para el festín.
Asador Maite cuenta con un menú de 20 € que incluye alubias, copa de vino y postre. Tuvimos dudas de si nos quedaríamos con hambre, el jocoso camarero sonrió y nos dejó claro que no sería así. A los pocos minutos fue llegando la manduca: dos generosos platos de guindillas, un buen perolo de alubias… ¡y los sacramentos! Chorizo, costilla y morcilla para hacer de este cocido un homenaje a la cocina sin tonterías. Las cantidades fueron más que suficientes para que comiésemos las seis personas de la mesa, incluso algunos repetimos dos veces. Alubia fina y caldo gordote excelentemente combinado con las dulces guindillas y productazo sacramental.
Cundió la botella de vino, no todos lo bebían. El crianza Ramón Bilbao se dejó querer y cumplió su función. Para cuando llegaron los postres estábamos a reventar, aún así hicimos el esfuerzo. A elegir entre flan, cuajada y queso nos quedamos con los dos últimos. La ración de la cuajada correcta, en la del queso se pasaron tres pueblos.
Menos mal que en el entorno de La Arboleda no faltan las zonas verdes, siempre es agradable poder dar un paseo para bajar las alubias e ir haciendo poco a poco la digestión. Las antiguas minas se han encharcado. Pozos tan profundos como El Ostión o Las Cármenes están inundados. Los barracones mineros han desaparecido y donde antes había casas, ahora hay mesas y asadores, y los pescadores pueden disfrutar de las truchas y carpas de los estanques.
Un planazo para esta temporada invernal, de temperaturas bajas y chaparrones de agua. Nada como entrar en calor con este cocido con el que hace tantos años recobraban fuerzas los mineros que recorrían La Arboleda.
Asador Maite
Calle Mamerto Allende 9
La Arboleda (Trapagaran – Bizkaia)
Teléfono: 946 604 020
Horario:
De domingo a jueves de 12:00h a 19:00h (solo comidas)
Viernes y sábados de 12:00h a cierre (comidas) (cenas solo por encargo)