Como que no quiere la cosa nos presentábamos ante el tercer y último día de Mundaka Festival. Esta vez el tiempo acompañaba desde primera hora y en esta ocasión sí quisimos aprovechar el día completamente. Por eso nos dispusimos a disfrutar de unas rabas australianas en el bar La Parra, en Bakio. Mientras en la playa se llevaba a cabo un campeonato amateur de surf nosotros nos sentábamos en la terraza bajo la parra que da nombre al local. ¿Qué tienen las rabas australianas? Simple y llanamente que te las sirve un australiano que en su día se enamoró de Bakio para quedarse por siempre jamás.
Quisimos comer un pollo asado en la cervecera del Eneperi ya que es un lugar que me gusta particularmente. Con días como el del sábado poder tumbarse en la hierba a tomar el café mientras divisas el islote de Akatz, el mar y el cielo despejado… ¡no se paga con dinero!
Estiramos ese gran momento para acercarnos a Mundaka, que lucía preciosa gracias al sol que llegaba a la atalaya. Allí nos juntamos un buen numero de festivaleros a tomarnos unas latitas de cerveza previas al festival. Son de esos momentos que en septiembre echaremos en falta.
El sábado quisimos entrar pronto al recinto porque la primera banda que tocaría serían Smoke Idols. Los de Santutxu van metiendo el hocico poquito a poco en muchas citas. No debe ser fácil actuar el primero cuando el público aún está frío e incluso da reparo acercarse al escenario. Los primeros temas sirvieron para ir cogiendo temperatura con el brit-pop hasta llegar a los más conocidas: ‘Deep Enough’ y ‘Come Clean’. Me gustó especialmente el sencillo «Rat Race» al tener un sonido diferente al resto. Lo dejaron claro: «Somos Smoke Idols, para quien haya llegado tarde».
Peachy Joke no va a tener demasiado buen recuerdo de su paso Mundaka Festival. Una consecución de fallos técnicos les chafaron el concierto y no estaban a gusto, se les veía. Fue evidente cuando admitió: «Venga va, ya queda poco». Y fue una pena porque personalmente me pareció una propuesta interesante que espero pueda disfrutar en otro momento.
Echo & The Bunnymen era uno de los grandes reclamos del cartel, uno de los nombres más grandes. Los ingleses soltaron muy rápido su perla preciosa «Killing Moon» proyectando una luna llena como la de esa noche en las pantallas. A partir de ahí fue un concierto difícil de digerir. Llegó ‘People Are Strange’ y con ella el reflejo de lo que sucedía con los británicos en el escenario, escondidos entre luces y sombras. Probablemente tuvieran su público en Mundaka, para mí demasiado oscuro.
En cambio llegó el momento de The Sonics, algo que muchos llevaban esperando desde hace mucho tiempo. El gran reclamo del festival eran una banda de aitites sónicos que dejarían claro que los viejos rockeros nunca mueren. Como me comentaban a la oreja, probablemente nunca hayamos visto en directo a una banda tan antigua como ésta. No le faltaba razón, su primer álbum se publicó en 1965 y tras 35 años de secano han vuelto a reunirse para publicar un nuevo álbum que presentar en Mundaka: ‘This Is The Sonics’. Un título premonitorio porque dejaron claro quiénes eran, una banda de rock and roll de los 70 con letras que trataban de surf, chicas, coches, demonios y brujas. Era fácil imaginárselos en la costa del Pacífico con sus melenas rubias oxigenadas, fuertes y guapos. Aquello quedó atrás pero aún mantienen esas guitarras salvajes, afiladas y continuos gritos del que a partir de ese momento sería mi ídolo. Su bajista, Freddie Dennis, no paraba de pegar gritos que proporcionaban toda la garra de canciones clásicas como ‘Psycho’, ‘Have Love Will Travel’ o ‘Jenny, Jenny’. The Sonics no han vuelto para arrastrase por los escenarios, trajeron bajo el brazo un discazo con perlas potentes como ‘Bad Betty’ y disfrutables como ‘Be A Woman’, ‘I Got Your Number’ o ‘The Hard Way’. Lo considero uno de los grandes momentos del festival, un lujazo.
Y para cerrar el festival la organización se lo montó bien, contrataron un seguro de vida: We Are Standard. La banda getxotarra son unos habituales con tablas en el escenario y el carisma de Deu. Provocaron al público echándoles en cara que «si no bailáis esto es que estáis muertos» y en algún silencio propuso algo de feedback: «este es el momento de gritarnos, insultarnos, lo que queráis». A alguno le faltó tiempo. Siempre es un espectáculo escucharle pero lo bueno vino poniéndonos a bailotear con éxitos como ‘Bring Me Back Home’, ‘Can’t I count Of You’ y por supuesto ‘The First Girl Who Got a Kiss Without a Please’ . Eché en falta alguna versión de las suyas de los temas de The Clash, lo clavan.
No queríamos que esa noche acabase por el momento así que nos acercamos a la carpa donde Dark DJ se estaba marcando unas sesiones facilonas, de esas que enganchan a todos los públicos. Temas que son un seguro ‘Song 2 de Blur’, ‘Are You Gonna Be My Girl de Jet’, ‘Are You Gonna Go My Way’ y otros que como ‘Bailando de Alaska’, menos típicos pero que funcionan de maravilla. La carpa era toda una fiesta, no cabía un alma y el resto se congregaba en los alrededores.
Esto fue todo en Mundaka Festival un evento al que no se le nota nada que lleva la L de novato. Las instalaciones, la organización y el equipamiento ha funcionado perfectamente bien. La seguridad ha sido ejemplar, no habiendo ningún altercado, en parte también porque salvo excepciones el público ha sido civilizado. Éste sólo ha sido el primer año de una cita que volverá a repetirse el año que viene, tal y como adelantan desde la organización.
Me gustaría aprovechar esta última crónica para dar las gracias a Emankor Sarea, en particular a Ane, por darme la oportunidad de cubrir Mundaka Festival. Ha sido todo un honor poder ‘trabajar’ con las facilidades que nos habéis dado, pudiendo incluso acceder al foso para sacar mejores fotografías de los grupos. Habéis conseguido que nos enamoremos de un pueblo que ya de por sí es atractivo. De verdad, muchísimas gracias y hasta el año que viene.