Ayer fue la puesta de largo de Mundaka Festival después de muchos meses de duro trabajo para llevar este proyecto adelante. Cogimos el coche y en cuestión de media hora llegamos a Mundaka de la manera más afortunada posible, pudiendo aparcar en la playa de Laidatxu.
A pesar de que había amanecido con sirimiri el día aguantó para brindarnos cielos completamente despejados. No queríamos ser los cagaprisas que entrasen los primeros al recinto así que optamos por tomar una cañita en la Talaia contemplando el pueblo costero y la isla de Izaro.
Cambiamos nuestros abonos por pulseras para los próximos tres días de Mundaka Festival. Había cola pero nada preocupante, en unos minutillos las pulseras rosas ya eran nuestras. Los accesos y el recinto estaban controlados por miembros de seguridad, algo en lo que pusieron especial interés desde la organización.
Para cuando entramos el concierto de The Uski’s estaba en su recta final. Habían tenido la honorable tarea de abrir el festival tanto en su historia como en la jornada del jueves. Con un público aún escaso y un tanto frío no era tarea fácil, pero me dio tiempo a arracarme con su tema más conocido: «katuek bezala hormatik ixoten naz, uh uh uuuuh».
En el impasse entre concierto y concierto aprovechamos para hacer un reconocimiento más exhaustivo de los secretos que escondía el recinto. Nos acercamos a la ‘cooking area’ en las que se encontraban dos txoznas donde poder llenar el estómago con bocadillos o talos. Además un stand con las que maridar sus conservas y txakoli. La zona estaba habilitada para sentarse tranquilamente en fardos de paja y palets a modo de mesa.
Para la hora del atardecer Smile sería el encargado de subir los ánimos del público, y eso se propuso John Franks. Apelando al espíritu que debía imperar en Santa Katalina envolvió la península de ese ambiente surfero y buenrollista que les caracteriza. Con «School Is Out» consiguieron que me identificara pues para mí sí que era ese día en el que cogía las merecidas vacaciones de verano. Embaucaron a las chicas mundaquesas dedicándoles su exitazo «City Girl» y se mezclaron con el público bajando a la arena hierba para despedirse tocando «a pelamen» (es un lujamen) su último tema desenchufados.
La siguiente media horita la pasamos con Optigan1 en una carpa montada con la intención de que esos espacios de tiempo fueran lo más entretenidos posibles. Si alguna pega se le puede sacar es que están bastante alejadas una zona de la otra, nada preocupante en cualquier modo. La zona fue ganándose adeptos según avanzaba la noche hasta llegar al punto de que el pobre Joseba Vegas (Optigan1) se viese desbordado de peticiones de unos y otros. Sonaron el ‘Loser’ de Beck, ‘American Idiot’ de Green Day y temas tanto de Rage Against The Machine y The Black Keys.
El primer gran cabeza de cartel de Mundaka Festival era Antiflag. Los estadounidenses acercaron el punk–rock convirtiendo la península en un agite constante de cabeza. Un concierto potente cargado de letras políticas e idealistas durante el cual Chris Baker se dedicó a santiguarse mirando a la ermita de Santa Katalina. Un figura el bajo gritando: «You’re a beatiful town and a great neigborhood. Thank you MANDAKA». Los antibandera con quistaron Mundaka con un show entretenido con un punto ágido: la cover de ‘Should I Stay Or Should I Go’ de The Clash.
De que el tramo final de la primera jornada no decayese a partir del cabeza se encargaron cuatro jóvenes de Zestoa: los Rural Zombies. Ya los pude ver en Dock dentro del ciclo de conciertos Panorama pero en esta ocasión la situación cambiaba de una sala a un gran escenario. Dicen representar el “ruralismo más salvaje” pero nada más alejado de una banda folk. En sus conciertos son protagonistas los sintetizadores y las guitarras eléctricas remitiendo a un pop oscuro. No defraudaron.
Que Belako es la banda vasca referente en la actualidad es algo más que contrastado. Han sido considerados como el grupo revelación por la revista Rolling Stone. No hay festival grande del que no formen parte del cartel durante este verano. Los de Mungia llegaron para que la fiesta se cerrase por todo lo alto con ‘Haunted House’, ‘Sea Of Confusion’ y «‘Southern Sea’. Durante el show cambios de papeles constantes: de los teclados a la pandereta, a la guitarra eléctrica, a las voces… hombres orquesta. Gritos reivindicadores de Josu: «Este grupo sin bajo es una mierda» ¡pues solucionado! Y quizá fueran tan a piñón que no controlaron demasiado el tiempo pues no llegaron ni a la hora de concierto ni con los bises. El post-punk electrónico de Belako gusta y gusta mucho, prometedor futuro el de estos chavales.
Para nosotros la noche acababa no sin antes habernos comido un par de bokatas. Nos quedaba un regreso a Bilbao con kilómetros combinados de muchas curvas, pendientes y oscuridad. Hoy viernes más y mejor.