Esta semana se cumplen cuatro años desde que comenzase la locura de crear este blog. El primer artículo sobre el que escribí fue El Obrador de Jon, aquella pastelería que desafortunadamente cerró hace algún tiempo y no por falta de éxito. Desde entonces en el Casco Viejo hemos echado de menos un lugar similar a éste una vez descartadas esas franquicias colonizadoras que todos conocemos.
Para ocupar ese espacio ha llegado Charamel Gozotegia, quienes desde mediados de agosto han abierto en la calle Jardines las puertas de una pastelería que ya está dando que hablar en la zona antigua de la villa. En el local en el que durante tanto años se ubicó La Matilda, los regalos han cambiado de formato para presentarse en una versión más dulce.
Al frente de Charamel Gozotegia se encuentra Nagore Ramos Ipiña, quien decidió cambiar de rumbo en un momento dado de su vida para dedicarse a lo que le apasionaba de siempre. Proviene de una familia dedicada a la hostelería por lo que desde bien pequeña estuvo entre fogones con amatxu. Tras decenas de cursos y uno muy especial con el maestro pastelero Paco Torreblanca puso en práctica sus dulcerías a caballo entre Granada, Madrid y Barcelona. Hoy junto a las otras cinco personas que forman su equipo se han propuesto alegrarnos la vida a base de gozokis.
Mis ojos no sabían hacía donde dirigirse en la primera ocasión que visité Charamel. Un mostrador lleno de propuestas que salen contínuamente y desde bien temprano desde el obrador que se encuentra al fondo del propio local. Si te acercas podrás verles con tu propios ojos con las manos en la masa.
La especialidad de Charamel Gozotegia son sus hojaldres… ¡son una jodida pasada! Probadlos porque no habéis comido otros iguales. Su tatin de manzana está cojonúa y la tarta de queso gorgonzola para llorar. Hasta ahora eso es lo que probado, lo que siginifica que aún me queda trabajo por hacer: tartas de zanahoria, de queso crema y brownie. Para pequeños bocados los macarons lideran la lista, seguido muy de cerca por los alfajores, los briwat marroquíes… y por qué no unas pastas finas de té.
Nagore tiene muchas muchas ideas en su cabeza, casi tantas como ganas e ilusión por este proyecto. Con el frio del invierno nos llegarán chocolates a la taza muy especiales, pannetones, pasteles de Belém y más repostería árabe… ¡cuidado que viene fuerte! Igual que Vianne Rocher en la película Chocolat, Nagore se ha propuesto poner el pueblo patas arriba para que pequemos con sus diabluras.
Ve buscando el momento en el que tus posaderas ocupen uno de los dos sillones que formaron parte del camerino de Björk en aquella visita de la islandesa al Guggen. De eso hace casi una década. Si no ha habido suerte lo harás en pupitres en los que algún colegial aprendía a duras penas las tablas de multiplicar. Elige café o una de las sietes infusiones que Oxane y María de Con el alma en la masa se encargan de preparar especialmente para Charamel.
Estas paredes de piedra a la vista albergan ahora el lugar idóneo para que tus pulsaciones bajen, la postura se destense y te des un premio por una dura e infinita jornada de trabajo. Te lo has ganado.
Charamel Gozotegia
Calle Jardínes 2, Casco Viejo – Bilbao
Teléfono: 944 16 59 84