Amatxu alucina cada vez que lee el blog de su hijo, pone los brazos en jarra, suspira y después sonríe. Está recordando todo lo que tuvo que pelear conmigo para que comiera todo lo que ella cocinaba para mí, para nosotros. Fui uno de esos niños que pone pegas a (casi) todo, y ahora me muero por sus tuppers de croquetas o txipirones.
Supongo que como muchos críos huía de todo aquello que fuera verde, aburrido o en puré, pero por suerte uno va creciendo, probando y descubriendo nuevos sabores y texturas hasta convertirme en food blogger, jajaja. La vida, ni más ni menos.
Uno de los productos que no me gustaban era el queso, hoy considero que el mundo no sería lo mismo sin él. Me he convertido en un ratón que no puede vivir sin un pedazo en su nevera. Y gran parte de la culpa de esto ha sido la llegado de las queserías que han ido llegando a Bilbao a lo largo de este tiempo: La Petite Fromagerie, La Manducateca y La Quesería de quien quiero centrarme en este post.
En la transitada calle Jardines del Casco Viejo de Bilbao, junto al clásico obrador y panadería, se encuentra esta pequeña quesería. Un coqueto establecimiento que llama la atención de quien pasea, tanto por su atractivo escaparate como por los productos que esconde. Al cargo de La Quesería se encuentra Judith, quien desde hace algo más de dos años acerca al Casco Viejo algunas de las mejores referencias nacionales e internacionales.
Acudo a La Quesería a menudo, ya que me queda a tiro de piedra, y así me abastezco con alguno de esos caprichos a los que todos tenemos derecho. Mis compras empezaron con el queso azul guipuzcoano de oveja, el Urdina de Ramón Lizeaga, pero en cada visita he ido incorporando nuevas referencias. La Bomba y La Cibezuela, ambos quesos de cabra autóctona de Guadarrama y de la quesería La Cabezuela (Madrid). El segundo de ellos, La Cibezuela, es una colaboración en la que maduran el queso en la cerveza Barley Wine de La Cibeles .
Ultimamente estamos bastante enganchados al italiano Gorgonzola, un queso de vaca muy cremoso y untuoso que nos dura un asalto. Ideal para darle al unte. Además de estos y otros quesos habituales (moluengo, burratas, con arándanos…) en La Quesería, puntualmente suele disponer de otros magníficos como el Comté de 30 meses que hace unos días nos hizo los ojos txibiritas.
Los vinos y cervezas artesanas forman parte de una amplia y cuidada selección que completan pimientitos rojos minis rellenos de queso (¡locura!) y algunos platos precocinados como txipirones en su tinta, para cuando amatxu no pueda abastecerme de más tuppers.
Como veis La Quesería es otra muy buena alternativa para ese Steve Urkel que muchos llevamos dentro. Puedes pasar a dejarte asesorar por Judith en su tienda del Casco Viejo o bien en alguna de las catas de queso y cerveza que organiza junto al bar Morrocotuda (Heros 14, Ensanche). Otros bares que trabajan con sus quesos son Galipó y Baster donde podrás desgustar una tabla con una selección de sus benditos quesos.
La Quesería
calle Jardínes 10, Casco Viejo (Bilbao)
Teléfono: 946 05 54 69