Hace un par de semanas llegó a mis oídos que se iba a celebrar una exposición peculiar. Era jueves y realmente tampoco tenía un plan interesante por lo que me decidí a visitarla. Bueno, eso y porque sus organizadores insistieron en que pasara por allí. Eran colegas de buena trayectoria así que no pude negarme a apoyarles.
Estos ‘coleguis’ forman Profesional del Canapé, un grupo de ‘caraduras’ que se presentan en todas y cada una de las inauguraciones, festejos, aniversarios que dan por los bares, tiendas y jaleos varios de la villa. Inspirados en José Luis Pitarque, ilustre bilbaino que se colaba en fiestas y bodas dotándolo de mayor glamour por su capacidad para entretener al personal. Los Profesionales del Canapé, a través de su blog, valora a posteriori las viandas que degustaron en cada una de sus fiestas.
Esta vez la cosa cambiaba. Nosotros seríamos los profesionales y podríamos criticar su evento y más concretamente esos canapés a los que pasaríamos revista. El 8 de mayo celebraron una ‘expo’ de láminas que varios ilustradores les dibujaron inspirándose en su filosofía de blog.
Cuanto llegamos a la tienda Zubiri de Pozas he de reconocer que me sorprendió tal congregación de gentío asistiendo al evento. Zubiri, un local amplio y luminoso, era el escenario para acompañar una docena de ilustraciones con una selecta colección de ‘braguitas’ juveniles. Dignas de admirar todas y cada una de las ilustraciones y más teniendo en cuenta que el trabajo había sido por amor al arte (nunca mejor dicho).
Una de las reglas del Profesional del Canapé es que a estos eventos hay que llegar puntual para que no te ocurra lo que a nosotros. Nos encontramos bandejas completamente vacías. Al menos quedaban latas de Aurum en un balde con hielos (punto a favor) y varias botellas de txakoli y vino blanco de Bodegas Astobiza.
El mal era menor en tal caso aunque mis contactos me informaron que en pocos minutos habría una segunda ronda de viandas. Me situé en buena posición e intercepté una bandeja de jamón que fue atacada por decenas de manos a la vez. Los invitados estaban hambrientos, devoraban, sacaban codos… querían más. Y salió la tortilla: jugosita, rica, con mucho amor, como las de las amatxus. Todo eso lo digo con el único cuadradito que conseguí arramplar. El resto del tiempo lo pasé comiendo patatitas, aceitunas y gominolas. Todo regado con unos txakolis que merecen otro punto a favor a este evento.
El ambiente estuvo genial: mucha gente joven, unos cuantos familiares y algunas ‘fans fans de Alma Botxera‘ que incluso quisieron sacarse una foto con el menda a cambio de mantener mi anonimato por algún tiempo más. Un placer y un gustazo comprobar cómo os gusta el blog y mis recomendaciones.
Esta ha sido mi valoración del primer evento del Profesional del Canapé. No puedo ser demasiado duro con ellos, creo que conseguir llevar adelante todo esto y hablar con patrocinadores es muy loable. Zorionak, nos vemos en próximas inauguraciones luchando por más canapés.
Porque lo bueno, si gratis, dos veces bueno
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