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Bilbao BBK Live’16: la música por encima de todo.

El Bilbao BBK Live 2016 ya es historia y tras tres días de conciertos me dispongo una vez más a hacer una valoración del mismo. En esta ocasión no escribiré una crónica pormenorizada de cada uno de sus conciertos, entiendo que para eso ya hay otros medios especializados (BiFM, Mondo Sonoro y otros). En cambio tocaré algunos aspectos que también dan cierta identidad a los festivales.

Accesos.

El margen de maniobra es bien reducido en uno de los aspectos más cuestionados del festival. Los tres días he acudido a Kobetamendi rondando las 18:30 y el servicio ha funcionado de una forma muy fluida. Hasta los últimos segundos seguimos manteniendo la esperanza de que el chófer gire y ponga rumbo hasta la misma puerta de acceso al reciento. Aquellos tiempos dieron lugar a una excursión de quince minutos que parte desde Beyena. Los puestos ambulantes de los vecinos ayudan con sus refrescos a sofocar la calorina, se agradece. De igual modo en la hora de regreso siempre y cuando no marches en horas punta, tras el concierto grande. A eso de las 2:30/3:00 media docena de autobuses están esperando pasajeros rumbo al BEC o San Mamés.

Área Comercial.

Quienes llevamos un puñado de años asistiendo a cada edición de Bilbao BBK Live hemos podido percatarnos de la evolución en este aspecto. Se ha ganado terreno, no solo para incluir más escenarios como Basoa, sino que las marcas van comiendo metros cuadrados para venderse. Pepsi, Beffeater, Fox, Jagermeister, Thunder Bitch, BBK, Gaztea y Euskaltel, Skunk Funk, La Barbería del Norte… Pero si alguien ha colonizado terreno ése ha sido Pringles con sus juegos y música reggaeton para hacerse con un paquete de patatas. Éxito tienen. Quien no se sienta atraído por ningún concierto tiene opciones de comprar vinilos, arreglarse la barba, contonearse con un hula-hoop o pintarse la cara con colores flúor para brillar en el bosque.

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Área Gastro

Olvidaros de aquellos tiempos en los que solamente había tres puestos a los que confiarles tu fin del ayuno. La oferta gastronómica en estos momentos no es apta para indecisos. Comida tailandesa, pizzas, parrilla argentina o eusko-label, sushi, bocata de calamares, churros… la lista es larga. Food-trucks en el acceso, a ambos lados del escenario dos y junto a la carpa. El jueves probé el pad-thai de Wok Thai,a quienes pillamos subiendo el precio de los platos de 7 a 8 €. Se ve que no era rentable. Los precios son altos, pero como siempre en estos eventos. El viernes descubrimos el que fue nuestro puesto favorito: Abasotas. ¿Donde se meten estos chicos durante el año? Sandwiches de pan de masa madre de Gure Ogia rellenos de berenjena, calabacín, tomates secos y tapenade de aceitunas (7€). Delicioso aunque no más que su fabuloso y jugoso brownie de chocolate (2 €). El sábado nos pareció un pitorreo que nos quisieran cobrar siete chapas más por un durum de cordero quiénsabequé y tiramos de hot-dog de Salsiccia, al menos son de Thate (4 €).  Lo admitimos, volvimos a pasar a por otro brownie de Abasotas.

Los brownies de Abasotas Food Truck.
Los brownies de Abasotas Food Truck.

Ambiente.

Este es el aspecto más controvertido para mí. Bilbao BBK Live se ha convertido en el plan para julio, lo mismo da qué grupos formen parte del cartel. Es lo que mola, es un ‘must’, se va y punto. Outfits estudiadísimos, morritos, youtubers e instagramers como Dulceida… Sí, fashion-bloggers también, no es nuevo esto del postureo total. Esa gente que cotorrea y cotorrea sin parar durante el concierto e incluso dan la espalda al mismo. Si no te interesa, ve atrás, hazte a un lado y habla lo que quieras. No se trata de estar en silencio como los japos, pero hay límites.

Lo de combinar química y alcohol es caso aparte. Hay puestones medio-graciosos como el del ‘hombre cangrejo’ que no podía caminar hacia delante y la corriente le arrastraba hacia atrás, muy cómico todo. Otros en cambio son muy desagradables como la pelea a puñetazo limpio entre dos cuadrillas durante el concierto de New Order, caso aislado.

En otro bando estamos toda la esa gente que conociendo o no las bandas, canciones y trayectorias de los grupos vamos a disfrutar de la música. Por suerte este bando es el mayoritario e impera el buen ambiente pero el crecimiento y masificación de este festival tiene también estas cosas. Puede ser esto, o que quizás me esté haciendo demasiado viejo mayor.

Dulceida y sus amigas fashion-bloggers
Ir al Bilbao BBK Live como si fuese el Coachella. (foto: VOGUE)

Conciertos.

Se ha dicho que éste era el mejor cartel de la historia del Bilbao BBK Live, pero eso va a ser una cuestión muy subjetiva. Sin duda era una cartel con grandes nombres que se alejaban del ‘one hit wonder’ y llegaban a Kobetamendi con una dilatada trayectoria. Conciertos sorprendentes con sondidos electrónicos como denominador común y otros que darían lugar a algún que otro chasco.

Conciertos de día: Soleá Morente y Juventud Juché.

Durante los días del festival la ciudad e Bilbao se ha llenado con un puñado de conciertos con los que hacer partícipes a todos los bilbainos. Así se han llevado a cabo momentos musicales en La Ribera, el kiosko del Arenal y los Jardines de Albia. Tanto el viernes como el sábado nos acercamos a Albia para asistir a los conciertos de Soleá Morente y Juventud Juché. No nos engañemos también para liarnos con amigos y tirar de vermut, pintxos y alguna jamada imprevista. Un lujazo vivir el BBK Live también de día.

Jueves 7: Arcade Fire, CHVRCHES, New Order,  Hot Chip, M83 y Years &Years.

Para cuando accedimos al recinto el concierto Years & Years tenía su concierto bastante avanzado y un Olly Alexander de lo más hortera ya entonaba su conocido Desire. Hicimos una ronda de reconocimiento rápida y fuimos tomando posiciones antes de que CHVRCHES entrase en escena. El trío de Glasgow ofreció unos de los mejores conciertos del día, una fiesta de pop electrónico que encadenó una batería de temas como Leave a Trace, Clearest Blue y The Mother We Share. La lolita Lauren Mayberry nos hizo bailar y también aceptar sus disculpas por el reciente Brexit.

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Lauren Mayberry de CHVRCHES (foto: Javier Rosa)

Dudé entre M83 y Hinds, opté por los primeros y me arrepentí de ello. Un concierto monotono en el que solo sobresalió su Midnight City. Los británicos New Order eran una de esas bandas con dilatada trayectoria. Bizarre Love Triangle y Tutti Frutti no fueron suficiente para aliviar la larga espera a su Bue Monday. Homenajearon a sus Joy Division cerrando con Love Will Tear Us Apart.

Arcade Fire era el gran atractivo de día y, probablemente, también del festival. Fue el concierto más multitudinario. Los de Win Butler estaban preparados. En su primer cuarto soltaron Ready To Start, The Suburbs, Sprawls, Afterlife, Reflektor y We Exist para entrar en una fase menos digerible. La cortina de agua que llevaba presente desde hacía un tiempo no fue impedimento para que el concierto despegase de nuevo con No Cars Go o Rebellion (lies) y finalizase con la coreada Wake Up mientras una decena de cabezudos se hacía con el escenario. Brillante espectáculo de los canadienses en el que solo una mayor potencia de sonido les hubiera hecho mejorar el bolazo del día.

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Win Butler de Arcade Fire (foto Óscar L. Tejeda)

En el escenario dos daba lugar el último concierto por el que nos pasamos, fueron unos minutos ya que con el Over and Over de Hot Chip dijimos adiós a esta primera jornada.

Viernes 8: Pixies, Belako, Grimes, Jose González, WAS, Ocean Colour Scene y Slaves.

Un año más sigo pensando que los conciertos de día son los que me más me gustan. ‘Madrugar’ merece la pena para disfrutar de conciertos cómodos y sosegados como en el que Jose González presentó su último trabajo: Vestiges & Claws. Una gran oportunidad de poder ver por fin al ex-Junip tras empezar a saber de él gracias a la banda sonora de La Vida Secreta de Walter Mitty.

Jose González (foto: Óscar L. Tejeda)
Jose González (foto: Óscar L. Tejeda)

Asistimos al concierto de Ocean Colour Scene y los de Birmingham salieron con energia al escenario. Su britpop sonaba tan impecable que nos dió pena dejarlo de lado por ir a coger un buen sitio al escenario Pepsi. Allí daría lugar el Bolako del día, y no hablo de Love Of Lesbian, este parafraseo es el que utilizaron los propios Belako horas antes en redes sociales. De nuevo se quedó pequeño este escenario en el que por tercera vez Belako desplegaría toda su fuerza para presentar Hamen. Bendita juventud de los de Mungia: garra, energía y muchas ganas en todos sus temas. Off Your Shoes y Track Sei ya casan perfectamente en un setlist en el que Zaldi Baltza, Sinnerman y Sea Of Confusion son caballo ganador. La voz de Cris, los brazos en alto de Josu, el dominio del bajo de Lore siguen el ritmo que marca Lander. Estos chicos se han hecho grandes, boté y aplaudí como en ningún otro concierto de Kobetas.

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Cris, Josu y Lore de Belako (foto: Javier Rosa)

Quien hablaba de Grimes lo hacía con buenas referencias así que nos dejamos caer por allí. Fue un fastidio que sufriesen un apagón poco después de Flesh Without Blood, nos dicen que nos perdimos lo mejor de en cuanto a voz y sintetizadores. Optamos por consumir local y regresamos al Pepsi para ver a WAS donde Deu y los suyos nos declararon su amor e hicieron bailar a los presentes con su reciente Irrintzi y Can I Count On You hasta cerrar con On The Floor.

Nos liamos lo suficiente como para no llegar con tiempo suficiente a Pixies en el escenario principal. Si no recuerdo mal empezaron con Bone Machine y mientras apurabamos los últimos bocados de la cena sonó Isla de Encanta, «donde no hay sufrimieeento». Cogimos sitio y nos hicimos fuertes para presenciar todos sus himnos: Where Is My Mind y Here Comes Your Man para cerrar con Caribou y Debaser. No tenemos datos oficiales que confirmen que los ojos de Black Francis se hayan abierto aún.

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Black Francis de Pixies (Óscar L. Tejada)

Lo de Underworld se presentaba demasdiado durito para nosotros así que nos decidimos por Slaves. No sabemos qué encabronamiento tenían, el caso es que los dos ingleses se bastaron solitos para aporrear tambor y guitarra y poner patas arriba la carpa.

Sábado 9: Foals, Tame Impala, Editors, Father John Misty, Wolf Alice, Courtney Barnett y Yellow Big Machine.

Subimos temprano de nuevo, queríamos seguir apostando por lo local y acercarnos al concierto en el que los bilbainos Yellow Big Machine se proponían conquistar el mundo. Solamente un tercio de la carpa estaba ocupada por amigos, bilbainos y otro puñado de melómanos con ganas de descubrir savia nueva. Creo que fue contraproducente pues el siguiente concierto, el de Courtnet Barnett, lo esperaba más potente. La voz de la australiana me recuerda mucho a la de Juliette Lewis (Juliette & The Licks). El público no se hizo notar hasta Pedestrian At Best, para entonces su tiempo ya había avanzado demasiado.

Un bolo que me sorprendió fue el de Father John Misty, ¿o debo decir ‘Fucker’ John Misty? El de Maryland estuvo de lo más sugerente y bailongo, de ahí el trompazo que se dió. Enamoró a más de uno en las primeras filas y a buen seguro, alguno de ellos quedase embarazado. Uno de los guiris que allí se encontraba se llevo el mayor premio: un video-selfie que el propio cantante se encargó de grabar mientras interpretaba uno de sus temas. Sonaron fabulosos Chateau Lobby y Nancy From Now On mientras el sol iba cayendo, de esos aterdeceres épicos del Bilbao BBK Live.

Father John Misty (foto: Liberto Pereiro)
Father John Misty (foto: Liberto Pereiro)

Tame Impala estaba considerado como uno de los dos protagonistas del sábado. A riesgo de decir una salvajada, a mí el rock psicodélico de los australiano no me convenció para nada. Entraron al escenario con Let It Happen y luces caleidoscópicas pero pronto perdí el interés, una vez interpretaron Elephant. No era la primera ocasión que Editors pisaba las campas de Kobetamendi así que aproveché para cenar y acudir a sus últimos temas.

Tame Impala (Óscar L. Tejada)
Tame Impala (Óscar L. Tejada)

El otro protagonista de esta bicefalia era Foals, una banda a la que también tenía ganas de ver en escena. Estos no me defraudaron y es posible que sea más afín al sonido de una banda que al de la otra. Escupieron rápido su hit My Number con el que saltamos y cantamos todo lo alto que pudimos.  Yannis Philippakis bajó en un par de ocasiones a tocar a quienes se le rendian en primeras filas. Ofrecieron un concierto soberbio y lo cerraron de una forma redonda con el espectacular punteo de guitarra de Inhaler y el tema que da nombre a su último disco What Went Down.

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Foals (foto: Óscar L. Tejeda)

La noche no acabaría aún, nos dió tiempo a ver media horita de Soulwax en el escenario Heineken y acudir a la carpa para disfrutar del rock alternativo de Wolf Alice. Con el fin del concierto de los de Ellie Rowsell dimos por clausurada la undécima edición del Bilbao BBK Live, la décima en mi cuenta particular.

Asistencia

Las cifras oficiales por cuenta de Last Tour International cifran la asistencia en un total de 102.865 personas. Las sensaciones siguen siendo las de un festival con una gran afluencia de masas auque si es verdad que ha habido años en los que caminar se hacía harto complicado. Los últimos dos años se consiguió ‘sold-out’ con 40.000 personas por día. Este año se ha conseguido una media de 34. 300, será el momento de hacer valoraciones y detectar cuáles han sido las causas de esta ‘falta de respuesta’. Bendita falta, ya la quisieran muchos.

Bilbao BBK Live 2017 ya tiene fechas: 6, 7 y 8 de julio. A la venta las entradas por 80 € + gastos

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